Los españoles tenemos el gusto de contar este año con tres pilotos en la élite de la Fórmula 1, Fernando Alonso, Pedro Martínez de la Rosa y Jaime Algersuari. El motivo de este comentario viene a colación de las declaraciones que hizo, como no puede ser de otra manera, un tal Alfons Godal, delfín de Laporta y candidato a la Presidencia del FC Barcelona. Pobres culés que, con el equipazo que tienen, hay que ver qué pena de personajes tienen dirigiendo el club. El tal Godal, hace unos días, de descolgó con unas declaraciones, muy poco afortunadas como suele ser costumbre en este tipo de “gente”, en las que dijo: «No me gusta una F1 con pilotos madridistas ni periquitos» haciendo referencia a la afición deportiva de Fernando Alonso y Jaime Alguersuari tienen por el Real Madrid y por el RCD Espanyol respectivamente. Qué manera más pobre y ruin de hacer campaña electoral, pero que se puede esperar de quienes buscar hacer carrera política sirviéndose de un club de fútbol, tan grande y mediático como es el Barcelona. La explicación es clara, si no fuese por eso no les haría caso ni su p… madre.
Acabo de llegar del GP de Bahréin, donde he tenido el privilegio de conseguir el mejor resultado en mi corta experiencia en la F1 y ser testigo del formidable triunfo de Fernando Alonso en la primera prueba del mundial. De ambas cosas, como catalán, y español, me he sentido plenamente orgulloso.
He leído con tristeza y decepción las declaraciones acerca de su disgusto por mi simpatía hacia el RCD Espanyol.
Anuncia usted que desea presentarse a la presidencia del FC Barcelona. Con sus declaraciones le hace usted un flaco favor al FC Barcelona, a Catalunya, y en consecuencia, a usted mismo.
No conoce usted nada de mí, porque ser socio del Espanyol no me impide admirar profundamente a Pep Guardiola y al formidable conjunto de futbolistas que han escrito una de las páginas más brillantes del deporte español en el último año.
Ser socio del Espanyol tampoco me impide compartir sin complejo mi profundo sentimiento por la "senyera" y por la bandera de España. Soy el único piloto en 60 años de historia de la F1 que lleva ambas banderas tanto en el mono oficial como en el monoplaza.
Ser socio del Espanyol no me impide compartir con mi padre, que es socio del FC Barcelona, y con un montón de amigos, las victorias y las esperanzas de ambos clubes... de mi ciudad.
Le deseo a usted todo lo mejor pero dado el alcance mediático de sus declaraciones, tan excluyentes, me gustaría que las mías, en cambio, fueran una defensa sincera y entusiasmada de la masa social de ambos clubes, cuyos socios pueden ver y disfrutar de la F1 sin exclusión alguna por la simpatía y lugar de nacimiento de los pilotos españoles que damos lo mejor de nosotros mismos en todos los Grandes Premios.
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