Resulta que ahora en este país todo es distinto, estamos en Europa, vivimos en un mundo globalizado, somos más de fuera que de dentro y, sobre todo, tenemos que hablar inglés como sea. Y el que crea que no sabe nada del idioma de Shakespeare se equivoca totalmente, y si no aquí está el ejemplo:
Ahora a las insignias se les llaman pins, a los homosexuales, gays, a las comidas frías, lunchs, a los repartos de cine, castings, a los tebeos, comics y a los carteles, posters.
Pero esto no es todo, hay mucho más:
Los empresarios, antes hacían negocios, ahora hacen business, y los obreros llevaban al trabajo la fiambrera, ahora llevan el tupper-ware.
Los españoles ya no tenemos sentimientos, tenemos feelings, no sacamos billetes, sacamos tickets, no compramos discos, compramos compacs, no comemos bocadillos, comemos sandwiches, no vamos al bar de copas, vamos al pub, y así infinidad de de cosas: practicamos el rappel y el raffting, en lugar de acampar, vamos de camping y, cuando necesitamos un pañuelo usamos un kleenex.
El español ya no corre, hace footing; no estudia, hace masters, no aparca, encuentra un parking. Ya no hay técnicas de mercado, ahora es marketing; el autoservicio, es el self-servic, el escalafón, el ranking y el representante, el manager.
Los personajes importantes, son los vips, los auriculares, los walkman, los puestos de venta, los stands, los ejecutivos, los yuppies; las niñeras, las baby-sisters, o nannies.
En la oficina, el jefe esta siempre en meetings o brain storms, con la public-relations, mientras la assistant envía mailings y organiza trainings. Las chicas de la jet van al gimnasio a hacer gim-jazz, se hacen liftings, y practican body-fitness.
Ya no tenemos el tan español aperitivo, ahora lo que se lleva son los cocktails, y la carne ahora es el roast-beef.
En la televisión ya no hay programas, son magazines, los espectáculos son shows y realitys y, por supuesto, no hay anuncios, hay spots, y no cambiamos de canal, hacemos zapping.
Esto debe ser lo que nos hace modernos, si no hablamos así somos unos retrógrados y no merecemos ser europeos, en fin que cosas, este país siempre ha sido diferente y ahora lo es más, que le vamos a hacer.
Pero hay una palabra muy nuestra, autóctona, española, castiza, que se ha exportado a todo el mundo y que todo el mundo la dice, aunque sea con distinto acento. Esta palabra tan internacional es “SIESTA”. Esta es nuestra contribución a la globalización.
Después de leer esto comprenderás que ya no somos igual que antes y a ver quién es el guapo que dice que no sabe inglés… y cuidado con el stress.
Foto: Chiste de Forges sobre los anglicismos.
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