Hay que ver para creer. Este equipo del Barcelona, jugando así, es imparable. No hay equipo que sea capaz de frenar a los “bajitos” del Barça, Xabi, Iniesta y Mesi que, hoy por hoy, forman el mejor centro del campo del mundo con mucha diferencia sobre los demás. Es de justicia reconocerlo.
El Real Madrid se presentó en Barcelona con la aureola de invicto, con el mejor equipo y el mejor entrenador que podía presentar en muchos años y aún así salió trasquilado del feudo azulgrana. El Camp Nou rugía con cada gol y nadie daba crédito a lo que estaba ocurriendo: en unos minutos mágicos el Barcelona había sentenciado el partido a mitad de la primera parte. El resto fue la consecuencia lógica de la diferencia de juego y, sobre todo, de mentalidad entre ambos equipos en la noche de ayer. Mouriño sufría su primera derrota de la temporada y la mayor goleada que ha recibido como entrenador. Increíble.
Lo único reprochable ayer a los jugadores madridistas fue la pérdida de papeles de alguno de ellos cuando no salen las cosas como pensaban. La acción de Sergio Ramos es censurable y supongo que tendrá la valentía de pedir perdón a Puyol por su comportamiento, si de verdad quieren ser ejemplo de jóvenes que sufren y lloran con ellos.
Después de la noche de fútbol que nos deparó el clásico solo queda saber cuál de los dos equipos ganará
Desde aquí felicitar al Barcelona por el excelente partido realizado, animar al Madrid porque esto sólo ha sido un partido y queda mucha competición y decir a los jugadores, de ambos equipos, que no es más que un partido, por muy mediático que sea, y que debe primar la deportividad y el juego limpio.
Aprovecho estas líneas para felicitar a los catalanes por sus resultados electorales al decidirse por un cambio político radical y también por darle un poco de morbo a ese nuevo Parlamento con la entrada del partido de Laporta, un friqui al más puro estilo italiano, al igual que cuando salió diputada la famosa “Cicciolina”, lo que no vamos a reír los españoles con ellos.
Esto también es increíble, que cualquier payaso, vividor, especulador o impresentable se presente a unas elecciones y encima tenga votos suficientes para salir elegido. Pero bueno, supongo que forma parte del juego político y que durante cuatro años ya tendrán tiempo suficiente de arrepentirse aquellos que le han votado, ellos sabrán.
Foto: Celebración azulgrana tras finalizar el partido. (El País)
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