Los hay que no creen en las casualidades y por el contrario los hay quien creen en ellas a “pies juntillas”, como se suele decir. Pero lo que sí es cierto es que realmente existen y no dejan de asombrarnos. Los defensores de la teoría de las almas gemelas, defienden que ambas comparten idénticos destinos y que sus vidas comparten multitud de similitudes, aunque para el resto no dejen de parecernos simples casualidades.
Uno de los casos más paradójicos de esta teoría de las almas gemelas, es el de dos hombres que, en periodos históricos diferentes, han compartido muchas similitudes y un mismo destino. Es el caso de Abraham Lincoln y John F. Kennedy, ambos fueron Presidentes de los Estados Unidos y ambos tuvieron un mismo final.
No es una historia nueva y circula desde hace mucho tiempo, pero creo que es curiosa y merece la pena comentarla
Pues bien las coincidencias que circulan desde hace años entre los dos personajes y que en más de una ocasión hayamos leído en distintos medios, son las siguientes:
Lincoln fue elegido congresista en 1846 y Kennedy en 1946.
Lincoln fue elegido Presidente en 1860 y Kennedy en 1960.
Lincoln y Kennedy tienen 7 letras.
Los dos fueron grandes defensores de los derechos civiles.
Las esposas de ambos perdieron un hijo durante su estancia en la Casa Blanca.
Lincoln tenía un secretario apellidado Kennedy y Kennedy una secretaria apellidada Lincoln.
Ambos fueron Capitanes de barco.
Ambos fueron asesinados por sureños, de un disparo en la cabeza y en un viernes.
Los sucesores de ambos fueron sureños y con el mismo apellido. A Lincoln le sucedió Andrew Johnson nacido en 1808 y a Kennedy le sucedió Lyndon Johnson que nació en 1908.
El asesino de Lincoln fue John Wilkes Booth que nació en 1839, por su parte el asesino de Kennedy fue Lee Harvey Oswald que nació en 1939.
Ambos asesinos eran conocidos por sus tres nombres y sus nombres completos tienen 15 letras.
A Lincoln le asesinaron en un teatro llamado “Ford”. A Kennedy le asesinaron en una limousine “Lincoln” producida por la compañía “Ford”.
Ambos asesinos huyeron a corriendo del lugar del crimen, ambos fueron capturados minutos después de cometer el asesinato en su lugar de escondite, Booth huyó del teatro y se escondió en un almacén, Oswald huyó de un almacén y se escondió en un teatro. Ambos murieron asesinados antes de ser juzgados.
Ambos Presidentes medían 1,83 m. y tenían complexión atlética. A los dos les gustaba sentarse en una mecedora, leían citas bíblicas y eran fervientes seguidores de las obras de Sakespeare.
En el momento de su asesinato, ambos estaban junto a sus esposas, que resultaron ilesas, y sostuvieron las cabezas de sus esposos cuando estaban heridos de muerte.
Lincoln se encontraba sentado en el palco 7 del teatro donde fue tiroteado y Kennedy iba en el coche número 7 de la caravana presidencial.
Ambos murieron en Hospitales que tenían las mismas iniciales. Lincoln murió en el “Paterson House” y Kennedy en el “Park Hospital”.
El asesinato de Lincoln se produjo en un teatro propiedad de un hombre llamado John y el hombre que grabó el asesinato de Kennedy se llamaba Abraham
Las autopsias les fueron practicadas, a ambos Presidentes, por médicos militares y ambos fueron sepultados en ataúdes de caoba.
Una semana antes de ser asesinado, Lincoln estuvo en Monroe, en el Estado de Maryland, y Kennedy, una semana antes de ser asesinado, estuvo con Marilyn Monroe.
Pero hay que decir que estas similitudes o coincidencias que se dicen de los dos Presidentes norteamericanos entran más en el campo de las «leyendas urbanas» que de la realidad propiamente dicha, ya que no todas son ciertas pero que han mantenido esa leyenda de coincidencias.
En honor a la verdad hay que decir que Lincoln no tuvo nunca un secretario apellidado Kennedy, aunque Kennedy si tuvo una secretaria llamada Evelyn Lincoln. Que no existe ninguna ciudad llamada Monroe en el Estado de Maryland y que Marilyn Monroe murió quince meses antes de ser asesinado Kennedy. John W. Booth no nació en 1839 sino que lo hizo en 1838. Oswald se escondió en un cine y no en un teatro.
Estas leyendas urbanas, que se van conformando alrededor de distintos personajes, nos dan una imagen distorsionada de la realidad y al final no somos capaces de diferenciar lo que es real y lo que no lo es. Puede que haya coincidencias, que las hay, pero de ahí a parecer una imagen calcada uno de otro me parece realmente exagerado. Seguramente si buscamos similitudes entre familiares, amigos o conocidos encontraremos más de las que nos podríamos imaginar, pero de ahí a lo referido de los dos Presidentes hay un abismo.
Foto: Los Presidentes Abraham Lincoln y John F. Kennedy.
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