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las Minas de Sal de Wieliczka en Polonia

Entrada a las Minas
Las profundidades de la tierra polaca contienen un gran tesoro, poco conocido fuera del país, las Minas de Sal de Wieliczka. Durante siglos, los mineros han extraído sal de allí, dejando obras impresionantes y únicas, convirtiéndola en la mina de sal más asombrosa del mundo.

Esquema de la Mina
Desde fuera, la mina de sal de Wieliczka no tiene nada especial. Un cuidado lugar, donde había minas de sal hace años. Todo parece normal, pero a más de 200 m de profundidad, contiene un secreto sorprendente. La mina de sal se transforma en una galería de arte, una catedral y un lago subterráneo.

Vista de la Catedral
Situada en la región de Cracovia, Wieliczka es una localidad de unos 20000 habitantes, fundada en 1290 por el duque Premislas II de Polonia. Desde entonces, las minas de sal han sido explotadas sin interrupción, pero las generaciones de mineros han hecho mucho más que la extracción de sal. Han dejado un impresionante testimonio escultórico bajo tierra en forma de figuras mitológicas, históricas, religiosas...

Incluso crearon sus propias capillas para las oraciones. Tal vez, el más sorprendente legado es la enorme catedral subterránea que ha llegado hasta nosotros.Las esculturas religiosas son la principal atracción en línea con la cultura cristiana. Aquí, Jesús muestra sus llagas al incrédulo Tomás.


Después de 150 m de descenso por escaleras de madera, el visitante podrá descubrir lugares increíbles. Lo más sorprendente, por su tamaño y audacia, es la Capilla de Santa Kinga. Durante siglos, los polacos han sido católicos devotos y la construcción de la capilla fue más que una afición para luchar contra el aburrimiento: un acto de fe. Incluso las arañas son de sal, que requieren una laboriosa ejecución. 
La sal de roca natural es de color gris, con diferentes tonos, como el granito.

Catedral de Santa Kinga
Por razones de seguridad, solo se abren al público unos 3,5 km, suficientes para hacerse una buena idea. Reciben cerca del millón de visitantes al año.

La última cena
Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes usaron las minas como almacén de guerra. Las galerías laberínticas de las minas inspiraron al escritor polaco Bolesław Prus varias escenas de su novela histórica Faraón (1895).

Impresionantes figuras
Otra escultura notable es la Última Cena. El minucioso trabajo nos plantea si eran conscientes de su fama futura. De hecho, incluso durante el apogeo de la mina, en el siglo XIX, vieron su labor reconocida, ya que la élite de intelectuales europeos pasó por ella, como demuestra la larga lista de nombres en el registro de visitantes, entre los que cabe citar a Nicolás Copérnico, Johann Wolfgang von Goethe, Alexander von Humboldt, Dimitri Mendeleyev, Ignacy Jan Paderewski, Robert Baden-Powell, Karol Wojtyła, Bill Clinton, entre otros.

Muchas estatuas de gran escala requieren meses o años de trabajo duro. Dentro de las paredes de la mina, también hay cantidad de información sobre menores de edad, sus herramientas, maquinaria… algunas imágenes llevan allí varios siglos.


Las minas de sal de Wieliczka fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978. Del 1989 al 98, estuvieron en peligro de perder este título.

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