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El afgano anónimo

El Afgano anónimo
Esta es la descripción que hizo uno de nuestros pilotos de helicópteros destacado en Afganistán después de realizar en 2013 un vuelo de transporte sobre el lugar donde tuvo lugar el accidente de helicóptero del 16 de agosto de 2005 en el que fallecieron 17 militares españoles.

En la mañana del 16 de agosto de 2005, mientras realizaba un vuelo de transporte táctico con una unidad de Infantería, un helicóptero de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra español se estrellaba en medio del desierto afgano.
Como resultado de aquel trágico accidente, perdieron la vida los cinco tripulantes del helicóptero y los doce soldados de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable que viajaban a bordo.
Restos tras el accidente

Cuentan que la población civil apoyó en todo momento a los equipos españoles que se desplazaron a la zona para recoger los restos e investigar el accidente. A los pocos días, sólo quedaba una mancha negra en el terreno y el triste recuerdo de los 17 compañeros perdidos.
En diciembre de ese mismo año, el presidente del Gobierno, junto con los ministros de Defensa y Asuntos Exteriores, se desplazó al lugar del accidente, donde se colocó una lápida conmemorativa.
También se plantaron 17 árboles en recuerdo de los 17 militares fallecidos; fueron los propios niños de la zona los que ayudaron a cavar los hoyos para hacerlo.
Aquella sencilla lápida decía:

«En memoria de nuestros compañeros
Muertos en accidente de helicóptero
el día 16 de agosto de 2005.
Que la sangre española
que riega esta tierra haga germinar
la semilla de la paz para el pueblo afgano.
Casma Khani,
19 de diciembre de 2005»

Presidente y Ministro de Defensa del  Gobierno Español
en la inauguración de la placa conmemorativa 
 Cuentan que, en agradecimiento al apoyo que la población local nos prestó durante aquellos tristes días, las autoridades españolas les prometieron asfaltar los escasos tres o cuatro kilómetros de pista de tierra que unen su pueblo a la carretera principal.

Homenaje a los fallecidos
Pocos meses más tarde, en abril de 2006, el ministro de Defensa rendía homenaje a los fallecidos en aquel mismo lugar. España había construido un cercado para proteger la lápida y los 17 jóvenes árboles que luchaban por sobrevivir en el árido clima afgano.
Pero, con el paso de los años, aquel modesto cercado, la lápida de mármol y los 17 famélicos arbolitos, el pueblo de Casma Khani y su polvorienta pista de tierra fueron cayendo en el olvido de los españoles.

Vuelo en agosto de 2013
Sin embargo, en agosto de 2013, ocho años después del accidente, una patrulla de la misma unidad que lo sufrió quiso rendir tributo a aquellos 17 soldados, sobrevolando, quizás por última vez antes de su repliegue, el lugar en el que sus compañeros habían perdido la vida.
A bordo de uno de los helicópteros, el fotógrafo civil Francisco Francés tomó una instantánea en el momento del sobrevuelo. Les llamó poderosamente la atención que un afgano anónimo parecía saludarles desde dentro del cercado. Los españoles le devolvieron el saludo, aunque no sabían a ciencia cierta qué es lo que aquel hombre estaba haciendo allí.
Al regresar a la base y estudiar la fotografía con atención, confirmaron sus sospechas. Aquel afgano anónimo, en compañía de su familia y bajo el sol abrasador del mediodía, estaba acarreando agua desde un arroyo cercano para regar cuidadosamente aquellos 17 arbolitos que un día plantaron los españoles. Sin recibir nada a cambio, sin esperar nada a cambio…

El afgano anónimo sonreía con los brazos en alto, sosteniendo en su mano el cubo con el que le daba la vida a nuestros árboles. Su hija, de cinco o seis años de edad, también saludaba sonriente. Junto a una carretilla cargada de estiércol, su hijo mayor, de unos ocho o nueve años, se tapaba los oídos para atenuar el ruido del imponente helicóptero desde el que le daban las gracias a su familia.

El afgano y su familia que con todo el cariño y sin recibir nada a cambio
cuidan cada día el lugar donde reposan nuestros compatriotas
Emotivas escenas como esta nos confirman que la sangre española vertida en Afganistán sí que ha dado su fruto, y que, pese a que las noticias a veces nos puedan descorazonar, en Afganistán hay muchas buenas personas que sólo desean vivir con sus familias en paz y que nos agradecen como pueden que muchos de los nuestros se hayan dejado la piel en ello.

Afgano anónimo:
Ya sabes que nadie te va a pagar nada
por las largas horas que empleas acarreando
agua para mantener vivos nuestros
17 queridos arbolitos.
Pero te damos las gracias por ello a ti
y a tu humilde familia.
De corazón.
¡Tashakor!

Los fallecidos en el accidente de helicóptero del 16 de agosto de 2005, fueron

De las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra

Capitán David Guitard Fernández
Brigada Juan Morales Parra
Sargento Alfredo Francisco Joga
Soldado Pedro Fajardo Cabeza
Soldado José Manuel Moreno Enríquez

De la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable

Teniente Javier González Hernández
Sargento José González Bernardino
Cabo Daniel Abreu Fernández
Soldado Diego González Blanco
Soldado Diego Prado López
Soldado Isaac Calvo Piñeiro
Soldado Jesús Casal Rivera
Soldado José Antonio Martínez Parada
Soldado Iván Vázquez Núñez
Soldado Gonzálo Casalderrey Nazaga
Soldado Pedro San Marín Pereira
Soldado Pablo Iglesias Sánchez

Cuando alguien es bueno, no importa ni el color de su piel, ni el idioma que hable, ni la religión que profese, ni.... simplemente hace lo que hace porque le sale del corazón.

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