El conde de Romanones |
Don Álvaro de Figueroa y Torres Sotomayor, conde de
Romanones, fue elegido diputado ininterrumpidamente por la circunscripción de
Guadalajara desde 1891 a 1923 en las listas del Partido Liberal. El secreto de
sus reiterados triunfos electorales era una habilidosa combinación de
caciquismo y clientelismo hasta el punto de hacer de la provincia alcarreña su
verdadero feudo.
En cierta ocasión, don Antonio Maura, que llegaría años
después a ser jefe del Partido Conservador y Presidente del Consejo de Ministros
en varias ocasiones, decidió disputar el escaño al susodicho conde. Se presentó
en Guadalajara y allí se le informó de que tendría muy complicada la cosa pues
el Conde de Romanones ofrecía a cada elector 2 pesetas por voto y que eso había
generado un tejido cautivo muy difícil de rasgar.
— Muy bien, dijo
Maura. Si Romanones paga el voto a 2 pesetas, yo lo pagaré a 3.
Y, dicho y hecho, Maura empezó a comprar los votos a 3
pesetas.
Pasados unos días Romanones llegó a Guadalajara, como
siempre, a repetir la jugada. Pero cuando hubo llegado se le informó que ese
año lo tendría realmente difícil puesto que Maura se le había adelantado y
además había ofrecido 3 pesetas por voto.
Romanones no vaciló y reaccionó de una manera magistral. Fue
localizando a los electores que habían sido tentados por Maura y, uno por uno,
les iba diciendo:
—Toma un duro y dame
las tres pesetas (las que previamente habían recibido de Maura).
El resultado lo pueden imaginar: Romanones arrasó, los
electores se embolsaron cada uno un duro (cinco pesetas) y a Romanones los
votos le costaron a dos, como de costumbre.
¿Y todavía hay ingenuos que dicen que hemos progresado? Esto
sí que es una jugada magistral, de aquí viene el dicho de dar duros a tres
pesetas.
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