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Las Fiestas del Pilar


Las Fiestas del Pilar comenzaron a celebrarse en Zaragoza a principios del siglo XIX, en los primeros años los festejos se basaban en actos religiosos como misas solemnes, sermones, predicaciones, procesiones y rosarios populares. A ellos se sumaban corridas de toros, imprescindibles en cualquier fiesta en nuestro país, cabalgatas diversas y un elemento que ha sido habitual en las Fiestas del Pilar desde hace muchas décadas, la comparsa de Gigantes y Cabezudos. Sabemos que ya en 1659 se consideraba tradicional en la ciudad de Zaragoza la presencia de una comparsa, perfectamente definida, de gigantes y cabezudos que precedía anualmente a la procesión del Corpus
De las primeras fiestas de las que se tiene noticia son las que se celebraron de 12 al 20 de octubre de 1723, en aquella lejana fecha hubo procesión general el día del Pilar, toros de ronda, mojigangas, pasacalles populares y una gran corrida de toros. Este esquema se mantuvo invariable hasta comienzos del siglo XIX. El primer avance significativo tuvo lugar concretamente en 1807, cuando se concedió a la festividad de la Virgen del Pilar la categoría de fiesta religiosa obligatoria, lo que favoreció la extensión del culto a la patrona de Aragón. En teoría la fecha indicada para festejar a Nuestra Señora del Pilar debería ser el 2 de enero, jornada en que se conmemora su venida en carne mortal a Zaragoza, pero la Iglesia prefirió trasladarla la fiesta al mes de octubre, un periodo en que se había terminado la cosecha de de cereales y la vendimia ya había finalizado.
Hasta los tiempos de la I República, en 1873, no hubo grandes aportaciones a los festejos, sin embargo en esa fecha salió a las calles una grandiosa cabalgata que, escoltada por la los guardias municipales a caballo, recorrió las ciudad hasta penetrar en la Plaza de Toros. Desde aquel entonces fue habitual la celebración de este tipo de grandes desfiles en las Fiestas del Pilar. Otro hito importante se marcó en las fiestas de 1894, desde aquel momento se lleva celebrando el Certamen Oficial de Jota, un concurso del que han salido las más prestigiosas figuras de la jota aragonesa en estos 110 años que se lleva celebrando.
Las fiestas siguen sin grandes cambios a lo largo de los inicios del siglo XX, en las primeras tres décadas de la centuria se fueron agregando a los programas de fiestas diferentes pruebas deportivas y desfiles alegóricos como el celebrado en 1934 en el trazado del Canal Imperial de Aragón. Tras la Guerra Civil, en la que como es lógico no había lugar para fiestas, y los terribles tiempos de la posguerra, las Fiestas del Pilar fueron incorporando elementos que se han consolidado como parte imprescindible de los festejos mayores de la capital aragonesa.
De aquellos años son dos aportaciones que se han convertido en festejos de una tremenda popularidad, la Ofrenda de Flores y la Ofrenda de Frutos. El acto más multitudinario del Pilar, la Ofrenda de Flores, se celebra cada 12 de octubre desde 1958. Este acto se comenzó a celebrar cuando una representación del Ayuntamiento de Zaragoza trajo desde Valencia la costumbre de depositar flores a los pies de la patrona de la ciudad.
Seis años más tarde, en 1964, se empezó a realizar la Ofrenda de Frutos, un acto en el que cada mediodía del 13 de octubre las Casas Regionales afincadas en Zaragoza presentan los mejores frutos de la tierra a la Virgen del Pilar.
Desde 1949 hasta 1978, justo antes de la llegada de la democracia a los Ayuntamientos, Zaragoza tuvo Reina de Fiestas y Corte de Honor. Fueron los tiempos de aquellos rancios bailes en la Lonja y de unas fiestas con escasa participación popular. Unas fiestas alejadas de los ciudadanos y totalmente desligadas de su tiempo que experimentaron un giro radical cuando se acercaban los años 80 del siglo XX.
Al socaire de los nuevos tiempos que se respiraban en el país, inmerso en plena transición política, en 1979 la primera corporación democrática de Zaragoza tras 60 años decidió darle un giro a las Fiestas del Pilar y sacar la fiesta a la calle.
En los programas se combinan actos teatrales, conciertos, animación para niños, espectáculos para adultos, festejos tradicionales como la Ofrenda de Flores, el Rosario de Cristal y la Ofrenda de Frutos, corridas de toros, muestras de artesanía y muchos otros eventos que convierten a Zaragoza en una gran fiesta popular, participativa diversa y colorista.
Humor, diversión, danza contemporánea, espectáculos visuales, teatro de sala, marionetas, clowns, malabares, trapecio, mimo, animación de calle... Durante las Fiestas del Pilar la ciudad se convierte en un inmenso escenario para la fiesta. Casi en cada esquina podemos toparnos con un grupo teatral, un mimo, un espectáculo visual, animación para los niños, danza, un concierto o un momento de diversión.
A lo largo de estos años las Fiestas del Pilar se han convertido en un referente festivo y cultural de primer orden. La diversidad cultural y social es también una de las señas de identidad de nuestras fiestas, un rasgo diferenciador que viene desde mucho tiempo atrás. No en vano la profunda relación existente entre Zaragoza y América ha marcado decididamente el devenir cultural de la capital aragonesa y, al mismo tiempo, de sus fiestas mayores en honor de la Virgen del Pilar.

Fuente: Ayuntamiento de Zaragoza
Foto: Cartel de las Fiestas del Pilar 2011 titulado " Somos Zaragoza", su autora es Beatriz Entralgo Pérez.


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